6/19/2007

DOS DE A DOS

FLOR DE OJOS FRIOS

Sol incandescente
coronario de los andes
derrama mismo manantial
austeras e introvertidas brisas
que siendo tan deseadas y despreciadas
crean un cuadro vivo, donde son las lluvias
las pinturas, los pastos son el delicado
pincel cual buen maestro
hace deslizar el líquido elemento
creando para nadie un inerte mundo.

Esta flor, la más escasa,
inutilizada por seres vivientes
disfrazados de alacranes
luchando por razones que al final
de todo termina con una
absurda muerte.

Lo real es que nos destruye el destruido
como el destruido se deja destruir
incapaz de advertir
solamente sabe defenderse
auto eliminándose.

Luna, ojo diuturno del cielo,
cree dar luz y vida
pero sólo envuelve a las desesperantes
agonías existentes.

Fernando Sánchez



AFORTUNADO ERROR PARA UN CORAZÓN SINCERO

Podría ser lo más adecuado, desvelar descubriendo palmo a palmo tu vida pero es imposible comprender cada uno de tus pensamientos y mas difícil aún mantenerlos intactos sin modificar en algo su consistencia.
Probablemente este lugar no fue hecho para mí y aunque lo fuera dista mucho de mi deseo, quizá ya me encuentro plagada ahora de ideas absurdas que me instan a manifestar todo lo que quiero revelar pero a veces es mejor callar y colaborar con ese mutismo hermético, que calibra tu conciencia librándote así de razonamiento alguno.
Me pregunto yo, si fuera necesario elaborar conocimientos a través de lo comprendido o simplemente desechar lo entendido e incomprender, puesto que aunque quiero es muy difícil seguir el instinto propio y mucho más fácil adoptar el ajeno.
Tal vez no llegue la hora en la cual deje de lado este pensamiento masoquista, que arraigado se hace mi dueño convirtiéndose en expresión frenológica para descubrir en el fondo del camino que lo más amado es lo mas odiado y lo odiado quizá llegue a ser lo profundamente querido.
¿Qué más se puede acatar? , quizá sea verdad que ese temible destino este fijado y te conduzca como ciego sólo guiado por el instinto de lo que supuestamente desconoces, entonces acaso se puede hallar algún sentido en esta general manera de proceder si acaso por allí se hallasen guardadas como arcanos secretos las respuestas a este laberinto no constituido.
Verdaderamente nunca, si es que acaso digo nunca, lo llegare a asimilar quizá gaste mucho tiempo para reordenar en un desorden absoluto los pensares generados por los sentimientos y al final de la labor me habré dado cuenta, con el sudor cruzando de mi frente, que ni siquiera he comenzado y echaré a llorar.


Nohelia Andrade